La misa tuvo lugar después de que el candidato presidencial calificara al líder religioso como un “jesuita que promueve el comunismo”, “personaje impresentable y nefasto” y “representante del maligno en la Tierra”.
Miles de personas colmaron este martes el Barrio 21-24 de Barracas, en la Ciudad de Buenos Aires,en una misa en repudio a los agravios vertidos en los últimos días por el candidato a presidente de La Libertad Avanza, Javier Milei, al Papa Francisco, a quien consideró como un “jesuita que promueve el comunismo”, entre otras cosas.
Por eso, el Equipo de Curas de Villas y Barrios Populares de Capital y Provincia realizó este martes a la mañana una convocatoria en la parroquia Virgen de Caacupé, ubicada en Osvaldo Cruz 3470, del barrio porteño de Barracas, con el objetivo de “reivindicar al Papa Francisco y rechazar todo tipo de injurias, mentiras e insultos que se están manifestando en esta campaña electoral”, según indicaron en un comunicado.
En este contexto, uno de los referentes del equipo, el padre José María ‘Pepe’ Di Paola, califió de “totalmente repudiables los ultrajes vertidos contra el papa Francisco”.
“Esuchamos las cosas que dijo, algunas se pueden poner al aire (en la radio), pero hay otras que son impresentables”, sostuvo en AM750, a la par que aclaró que la convocatoria era una misa “en apoyo al Papa y los pobres”.
Y aclaró: “Porque Milei dice que ‘este hombre cree en la mierda de la justicia social’. Y cuando la explica, dice que la justicia social nace de la envidia y el rencor”.
“Dice un disparate, pero la justicia social nace del mandamiento del amor. De una libertad bien entendida. Uno busca la felicidad de uno y de del otro. Ha trastocado los mismos valores del Evangelio y lo ha agredido al Papa“, agregó Di Paola.
Luego, en un tono de lamento, añadió sobre el candidato de La Libertad Avanza: “Es un desagravio ante esta catarata de insultos vergonzosos para quien pretender ser el presidente de la República”.
Según pudo constatar el móvil de AM750, en la misa hubo presencia de diversas organizaciones sociales, como la UTEP, encabezada por Juan Grabois; también de sindicalistas, como Pablo Moyano; y funcionarios del gobierno, entre los que estaba el ministro de Cultura, Tristán Bauer.
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