Francisco encabezó el Via Crucis en su primer Viernes Santo como Papa.
Luego de que finalizara el primer Via Crucis del papa Francisco, en el Coliseo romano, el Sumo Pontífice se dirigió a los fieles y agradeció la “numerosa participación en momentos de tan intensa oración, y a todos aquellos que se unieron a través de los medios de comunicación en especial a los enfermos y ancianos”.
“No quiero agregar muchas palabras. Esta noche sólo una palabra debe quedar que es la Cruz misma”, manifestó Francisco, quien explicó que “aunque a veces parece que Dios no da ninguna respuesta al mal y que se queda en silencio, en realidad Dios responidó y su respuesta es la Cruz de Cristo, una palabra que es amor, misericordia, perdón” y agregó: “Los cristianos deben responder al mal con el bien, cargando la Cruz como lo hizo Jesús”.
“Dios nos juzga amándonos, recordemos esto. Ellos que reciben su amor están salvados, si lo rechazo estoy condenado pero no por Él, sino por mí mismo. Dios no condena, solo ama y salva”, afirmó el Papa.
Además, agradeció las oraciones de “los hermanos de Líbano”, en lo que mencionó la amistad y la unión de cristianos y musulmanes y señaló que esto debía ser un ejemplo. “Les agradecemos su testimonio”, dijo.
“Caminemos juntos por el camino de la Cruz llevando en el corazón esta palabra de amor y de perdón. Caminemos esperando la resurrección de Jesús que nos ama tanto, mucho, es todo amor”, pronunció finalmente.
Para los católicos romanos, el Vía Crucis es uno de los puntos más emotivos de la Semana Santa, ya que rememora 14 situaciones, llamadas “estaciones”, que viviera Jesús desde que se lo condena a muerte hasta que es bajado de la Cruz para ser sepultado.
El pasado jueves, el Papa estuvo en la prisión de menores roma Casal del Marmo, en donde realizó el lavado de pies a 12 jóvenes detenidos , entre ellos dos musulmanes, y los besó, un gesto que se inspira en las acciones que hizo Jesucristo en la Última Cena con sus discípulos.
El sábado Francisco liderará la vigilia de Pascua –la fiesta cristiana más importante- en el Vaticano y el domingo celebrará una misa en la Basílica de San Pedro, antes de realizar su mensaje y bendición Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo).
Francisco, el primer jesuita que llega al sillón de Pedro, dejó en claro en poco más de dos semanas de pontificado que quiere un cambio para esta milenaria institución cuya imagen se ha visto empañada en los últimos años por las luchas intestinas de poder, abusos sexuales de sacerdotes a menores o la turbia actividad económica del banco del Vaticano.