Por:
Daniel Cecchini
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Las diferencias que separan a aquella batalla contra las retenciones de este berrinche por el revalúo de las tierras hacían imposible una repetición. El trabajoso acuerdo logrado por el Frente para la Victoria, el Frente Amplio Progresista y parte del radicalismo en la Legislatura Bonaerense para aprobar la reforma impositiva demostró que la mayoría de la oposición política ya se convenció de que abrazar las causas de los grandes medios es un triste viaje de ida. Los suicidios políticos de Eduardo Duhalde y Elisa Carrió en las últimas elecciones presidenciales se erigieron en las pruebas más que concluyentes.El falso “impuestazo”. La mayor falencia del oficialismo –en este caso el bonaerense– volvió a ser la comunicación. La reforma impositiva fue mal explicada, de cara a la sociedad, abonando el terreno para que los medios reaccionarios batieran el parche del “impuestazo”. Y lo cierto es que el revalúo de tierras decretado por el gobierno provincial –el primero en más de 55 años– está muy lejos de serlo.
Basta repasar algunas de sus consecuencias centrales:
. El valor fiscal de las tierras rurales pasa a representar apenas el 50% de su valor de mercado.
. El pago promedio del impuesto será de 76 pesos anuales por hectárea.
. El 60% de los productores se verá afectado por un aumento del impuesto.
. El 40% restante pagará lo mismo que hasta ahora o, incluso, menos que antes.
. Los productores podrán deducir del impuesto las mejoras que hayan realizado en sus campos, como por ejemplo nuevos silos, molinos o aguadas.
Apenas unos datos que, de haber sido comunicados con claridad, habrían evitado confusiones.