El secretario de Políticas Económicas de la CGT Alsina, Horacio Ghilini, consideró “positivo” Moyano, Caló y Barrionuevo den un paso al costado y que hayan advertido que deben fomentar “la unidad con una nueva generación de dirigentes”.
“La unidad de la CGT tiene tres dimensiones. La primera es jurídico-institucional y se cumplió con la realización del Comité Central Confederal (CCC) del 3 de junio último. Hay que resolver el tema de sus futuras autoridades -la segunda- y la última, que significa la concreta unidad desde las provincias hacia el centro y desde las bases hacia la conducción”, puntualizó el dirigente enrolado en la Corriente Sindical Federal.
Ghilini, tres veces secretario general del Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP) y referente de ese gremio en la central obrera de la calle Alsina, explicó que lo jurídico-intitucional se saldó con la convocatoria al Confederal único del día 3 por parte de las CGT de Moyano y de Caló, lo que posibilitará la unidad el 22 de agosto.
El sindicalista expresó que ello tuvo “relevancia y no puede ser desmerecido”, por lo que fue “importante” el paso dado para emprolijar “lo que en el pasado era solo denuncia y disputa para dirimir quién tenía la razón y la potestad en lo jurídico”.
Para Ghilini, “la institucionalidad no resuelve lo político, pero sin duda la unidad es más virtuosa si se institucionaliza”.
“La segunda dimensión es la cupular, la unidad de arriba hacia abajo. Es la llamada unidad de los referentes (actualmente Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo), quienes la plantean en tres tercios, lo que es una manera de verla como cúpulas”, señaló.
Ghilini consideró “positivo” que los tres referentes obreros hayan expresado “la voluntad de dar un paso al costado” y que hayan advertido que deben fomentar “la unidad con una nueva generación de dirigentes, aunque continúen convocando a esa unidad desde las cúpulas y priorizando los espacios por sobre el proyecto”.
También especificó la importancia de la tercera dimensión de esa unidad obrera, es decir, “la necesidad de consumarla desde el interior del país hacia el centro (lo federal) y desde las bases hacia la conducción, continuando así con esa idea martinfierrista de que ‘el fuego, para calentar, tiene que salir de abajo’”.
“Ello se sustenta con la movilización de los trabajadores, en especial ante el modelo económico en marcha. Es la que produjo el importante acontecimiento político del 29 de abril último frente al Monumento al Trabajo, que sobrepasó a los aparatos y convivió de forma pacífica con los movimientos sociales. Es la que expresan las regionales en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza, entre otras”, puntualizó el sindicalista.
Ghilini aclaró que en el último Confederal, la expresión de su sector -fusión del núcleo de lo que fue el Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA) con la Corriente Sindical Federal- fue representado por el gráfico bonaerense Héctor Amichetti.
En la ocasión aportó un documento y se hizo conocer ante sus pares de las otras centrales obreras con “la voluntad que desde aquí hasta el Congreso del 22 de agosto haya una mayor incidencia y participación en el proceso de unidad de las diversas regionales de la CGT para garantizar contenido y protagonismo, única garantía de eficacia y durabilidad de esa unidad”, señaló el dirigente.
Ghilini, también secretario de Asuntos Institucionales del SADOP, se pronunció por una CGT única que tenga voluntad para continuar “la línea histórica combativa” y que no dude en ser “confrontativa ante los modelos de ajuste y recesión”, concluyó.