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Lo elaboró una de las principales economistas K. Asegura que se podrían recaudar hasta 3.800 millones de dólares.
Son casi 40 páginas, con cientos de datos económicos y un título llano: “Coronavirus, ¿quién paga la crisis?”. Lo elaboró una de las principales economistas K y resulta una suerte de argumentación y sugerencia de por dónde podría venir el impuesto a las “grandes fortunas” que impulsó el sector más duro del Frente de Todos, con Cristina y Máximo Kirchner a la cabeza. Entre otras cosas, propone que el nuevo gravamen se concentre en los 15.000 argentinos más ricos, con bienes en el pais y en el exterior. Y asegura que, según se establezcan las alícuotas, permitiría recaudar hasta 3.800 millones de dólares.
El informe lo elaboró Fernanda Vallejos -con su equipo, Proyecto Económico-, titular de la comisión de Finanzas de la Cámara baja. La diputada participa activamente del debate interno de la iniciativa, que incluye desde su colega Carlos Heller -presidente del Banco Credicoop y titular de la comisión de Presupuesto-, hasta el también legislador nacional del Frente de Todos y ex piquetero Juan Carlos Alderete. Según supo Clarín, el documento ya le fue enviado al presidente Alberto Fernández y a la vicepresidenta, con quien Vallejos compartió lista en 2017 en la provincia de Buenos Aires.
El documento se conoce cuando aún está abierta -y caliente- la discusión dentro del oficialismo sobre cómo y a quiénes gravar con el nuevo impuesto. Este lunes trascendió un borrador de proyecto, que fijaba el piso en 10.000 millones de pesos -más de 100 millones de dólares-. Una alta fuente K desmintió a Clarín que se trate de la iniciativa “oficial”, pero confirmó que la idea es que el universo sea de “grandes fortunas”.
Este concepto choca con otras versiones que hablaban de establecer un piso de “sólo” 50 millones de pesos (poco menos de 600 mil dólares, cotización “turista”). Incomodidad económica y sobre todo política: esa línea dejaría adentro de los “ricos” a Máximo Kirchner, con un patrimonio declarado por 143 millones de pesos.
“Jamás formó parte de nuestro proyecto la idea de gravar a los que tienen más de 150.000 dólares, muy lejos de eso, quizá sea 20 ó 30 veces eso, pero lo digo a modo de ejemplo, no lo tomen al pie de la letra. Estamos trabajando”, aseguró Heller días atrás. El diputado también señaló que recién a fines de esta semana se conocería el detalle de la iniciativa, que tiene una venia del presidente: “Es posible”, respondió Fernández cuando lo consultaron sobre si se avanzará con el tema.
En el informe de Vallejos, cuando hablan de los 15.000 principales contribuyentes ponen como parámetro las declaraciones de Bienes Personales. Son las tres categorías más altas, que arrancan en 30 millones de pesos. ¿Esa es su propuesta de piso, de “sólo” 350.000 dólares, contrario a lo que dice Heller? “No, no, tomamos sólo eso como un parámetro de los contribuyentes más ricos y nos basamos en los datos públicos de AFIP. Pero la idea es apuntar a las grandes fortunas”, aclaran en el equipo de la economista.
Las principales conclusiones del informe
Este es el resumen ejecutivo del documento al que accedió Clarín:
– “Argentina transita una crisis que preexiste a la pandemia del coronavirus: más de 16 millones de personas en la pobreza y casi 4 millones en la indigencia; alta inflación (53,8% anual en 2019); 8,9% de desocupación (3 puntos porcentuales más que en 2015); más de 20.000 empresas nacionales (netas) extintas entre 2015 y 2019”.
– “Circunstancias excepcionales, como las grandes guerras, han tenido históricamente correlato sobre la política económica y tributaria de los países. El caso de Estado Unidos, durante la Segunda Guerra, resulta emblemático: la tasa máxima del impuesto a la renta fue elevada al 94%”.
– “La desigualdad ha estado en aumento en nuestro país en los últimos 4 años: la brecha de ingresos entre el 10% más rico y el 10% más pobre, escaló de 16 a 21 veces entre 2015 y 2019. Además del reproche moral que supone la desigualdad, el aumento de la tasa de crecimiento de la desigualdad está asociada a la reducción de la tasa de crecimiento del PBI”.
– “Junto con el complejo cuadro socioeconómico, Argentina acumula una deuda insostenible (el año pasado se destinó más del 15% del gasto total al pago de intereses netos, contra poco más del 3% a salud) a la que es urgente darle una solución que implique una quita sustantiva y la suspensión de los pagos durante el tiempo suficiente para recuperar la normalidad de la economía”.
– “Los impuestos directos mejoran la distribución del ingreso y la riqueza, permitiendo al Estado asignar recursos ya sea para asegurar un ingreso mínimo a los sectores sin salario formal, los salarios de los trabajadores de empresas en dificultades o medidas de alivio para Pymes, comercios y unidades productivas”.
– “Entre 2015 y 2019 los impuestos regresivos crecieron 5,3 puntos porcentuales, y los muy progresivos retrocedieron 1,4 puntos porcentuales. Este sesgo regresivo sugiere que los nuevos tributos deben estar vinculados a impuestos altamente progresivos (Ganancias, Bienes Personales)”.
– “En Argentina, según datos de AFIP, del total de la riqueza declarada por residentes, el 40% se encuentra fuera del país. Además, el 70% de los activos externos contabilizados por el Indec no están declarados”.
– “Para fines de 2019 los argentinos tenían activos en el exterior por U$S 399.550 millones, un 47% más que al final de 2015. Estimamos que no menos de U$S 235.000 millones no están declarados. Por eso, el Estado se estaría perdiendo de recaudar cerca de U$S 1.200 millones de bienes personales”.
– “Un gravamen extraordinario de 1% sobre las grandes riquezas en el país y en el exterior, sólo considerando los 3 tramos superiores de ingresos –las declaraciones de apenas unas 15.000 personas- permitiría recaudar unos US$ 800 millones. Naturalmente, los montos podrían ir mejorando si se aplicaran alícuotas diferenciales en sentido progresivo, elevándolas para cada tramo de ingresos. Del mismo modo, si las alícuotas fueran el doble para el caso de la riqueza exteriorizada, un impuesto del 1% (2% para bienes en el exterior) aportaría unos U$S 1.435 millones”.
– “El escenario más conservador del impuesto extraordinario (1% para todos los tramos, sin escala progresiva, sin diferencial para los bienes en el exterior) permitiría incrementar casi en un 50% la asistencia a las provincias prevista en $ 120.000 millones. Agregar 1 punto porcentual de alícuota para cada tramo de ingresos para los bienes en el país y duplicarlas en el caso de los bienes exteriorizados, permitiría recaudar algo más de US$ 3.800 millones”.
– “El Estado podría constituir un Fondo Federal de Emergencia que duplique la asistencia prevista para las provincias, que podría permitir, incluso, reducir inequidades, distribuyendo los recursos de modo que las provincias más afectadas por la pobreza y que menos ingresos por habitante recaudan y menos coparticipación por habitante reciben, se beneficien de una mayor porción de los recursos”.
– “El Estado nacional seguiría disponiendo de $135.000 millones para otras políticas. Estos recursos, sumados a los que podrían surgir, por ejemplo, de gravar los beneficios extraordinarios de las personas jurídicas, podrían complementarse con el financiamiento del Banco Central para que el Estado garantice a todas las personas que no tengan grandes patrimonios, altos ingresos, ni salarios registrados suficientes, un Ingreso Ciudadano Garantizado que cubra los gastos necesarios para satisfacer derechos fundamentales como la alimentación, el cuidado de la salud, la vivienda y los servicios básicos. Una medida de esas características mejoraría las condiciones macroeconómicas para la reconstrucción económica una vez superada la emergencia sanitaria”.
Fuente: Tres Lineas