Quién se pone en mi lugar? No me quiero morir sin saber la verdad. Siento que los años se me van. Estos 19 años se me fueron entre los dedos. Y no avanzamos. Y no lo hacemos porque no podemos indagar a los acusados”, afirma Olga Degtiar, integrante de la asociación Familiares, Amigos y Sobrevivientes de víctimas del atentado a la AMIA, con los ojos vidriosos. Olga perdió a su hijo, Cristian, en el acto terrorista del 18 de julio de 1994 y cree que el memorando que la Argentina firmó con Irán es un buen instrumento para movilizar una causa estancada. “El acuerdo con Irán fortalece el avance del expediente”, complementa Gerardo Beer, compañero de ruta de Degtiar, que sufrió la muerte de su hermano en el atentado que dejó 85 muertos y 300 heridos. Ambos transmitieron a Tiempo Argentino el sentir general de la organización 18J, en una semana densa para la comunidad judía que estuvo marcada por el dictamen que emitió el fiscal del caso AMIA, Alberto Nisman, en el que acusó a Irán de infiltrar redes terroristas en América Latina.