La crisis de trigo en Italia, fuerte coletazo de la guerra en Ucrania

Italia siente el bloqueo a las exportaciones de trigo provenientes de Rusia y Ucrania tras el inicio de la guerra. Tanto los locales que importan el cereal para hacer productos típicos como la pasta, como aquellos que consumen el trigo nacional sienten el impacto de su escasez en los bolsillos y en las estanterías de los mercados.

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Los efectos de la guerra en Ucrania y el bloqueo del comercio con Rusia ya se comienzan a sentir en el sector agroalimentario en Italia. Rusia y Ucrania proveen conjuntamente casi el 30% de las exportaciones mundiales de trigo, pero también son grandes exportadores de cebada y maíz.

El conflicto ha golpeado severamente esta producción: millones de toneladas de cereales han dejado de salir de Ucrania y Rusia, ya que varios de los puertos del Mar Negro y del Mar de Azov están bloqueados. En Italia, el impacto de esta crisis en los intercambios internacionales de estos cereales ya lo sienten agricultores, importadores y consumidores.

Desde hace más de 50 años, la familia de Domenico Carone cultiva trigo en un terreno de 70 hectáreas en Apulia, la principal región italiana productora de cereales. Un cultivo cuyos costos se han disparado desde el inicio de la guerra en Ucrania.

“Los costos de producción se han duplicado por el aumento del precio de los fertilizantes, que ha triplicado”, cuenta Carone, quien dice que esto se debe a que “la mayor parte de los fertilizantes que usamos aquí en Italia viene de los países en guerra”.

Como muchos productores de cereales de esta zona, Carone está tratando de recuperar los incentivos regionales para aumentar su superficie de cultivo. La región ha lanzado un programa para incentivar el cultivo de 100.000 hectáreas suplementarias de trigo… buscando prevenir una escasez de cereales debido al bloqueo de las importaciones de Rusia y Ucrania

Pietro Piccioni es el responsable regional del sindicato agrícola Coldiretti que asesora a los agricultores interesados. “Hay que cultivar más trigo aquí. Se trata de una estrategia nacional que busca la autosuficiencia y la soberanía alimentaria”, afirma Piccioni.

Los importadores de trigo ruso buscan nuevas opciones

Hoy en día, Italia importa más del 30% del trigo que se consume en el país, transformado pan, galletas y pasta: el plato nacional. La empresa Divella importa cada año 15 millones de kilos de trigo ruso y ucraniano.

El último cargamento repleto de trigo quedó bloqueado a bordo de un barco al sur de Ucrania justo después del inicio de la guerra. “Nosotros compramos a Rusia y Ucrania 60.000 quintales de trigo cada 3 meses”, cuenta Vincenzo Divella, el director general. “Teníamos el último cargamento comprado antes de la guerra en este barco que durante más de un mes no se pudo mover, porque se temían explosiones en el mar negro”.

Frente a esta compleja situación, Divella ha decidido buscar proveedores en otros países exportadores de trigo, “hemos empezado a importar trigo de Canadá, pero a precios significativamente superiores”, lamenta Divella.

El mercado italiano de harinas no da abasto

Las dificultades de abastecimiento con Rusia y Ucrania afectan también a los productores de pasta que usan trigo italiano: es el caso de la empresa La Bottega que produce pasta artesanal con harinas italianas. Monia Romani, una empleada nos explica el círculo vicioso: “Como ya no llegan cereales de Ucrania, esto ha hecho que los productores que usaban esas harinas ahora busquen harinas italianas y el mercado interno no da abasto para cubrir toda esta demanda”.

El Gobierno italiano se ha ofrecido para desminar los puertos de Ucrania, defendidos de ese modo contra la invasión rusa, y desbloquear así la exportación de alimentos y cereales del país, según declaró el ministro de Exteriores, Luigi Di Maio.

FUENTE: FRANCE 24