La filtración del expediente con el que InfoGremiales confirmó el frustrado pasado como sindicalista del vocero libertario Manuel Adorni desató una caza de brujas en la Secretaría de Trabajo. Sandra Pettovello ordenó que detecten quién pasó la información. La persecución llegó hasta la número 2 de Julio Cordero, Liliana Archimbal. Se llevaron su computadora para escanearla. «No deben tener ni idea de quién es el marido «, dijeron funcionarios de carrera.
La filtración del expediente con el que InfoGremiales confirmó que el vocero libertario, Manuel Adorni, intentó en 2020 ser Secretario Adjunto del Sindicato Argentino de Empleados de Delivery y Afines (SAEDA) sin haber sido nunca repartidor de Deliverys, desató una caza de brujas en el Ministerio de Capital Humano.
Es que Sandra Pettovello, afectada directamente, ordenó que se detecte al «traidor» luego de que ella misma fuera una de las apuntadas por la noticia. «Con Sandra (Pettovello) tengo una relación de afecto, sería incapaz de eso», aseguró Adorni en declaraciones a MDZ y la dejó en el centro de la escena.
En una especie de sobrerreacción, Pettovello mandó a revisar las comunicaciones oficiales y los registros electrónicos. Buscaba rastros de quienes manipularon el expediente para poder detectar a la persona que se comunicó con los periodistas.
El GPS de la Licenciada en Relaciones de Familia marcaba específicamente la Secretaría de Trabajo de Julio Cordero. De Trabajo dependen casi todas las áreas encargadas de la tramitación de las inscripciones gremiales como la que hizo Adorni con el frustrado sindicato de Deliverys que promocionó.
«El que hizo que se conociera fue el propio Adorni. Llamaron para pedir que hicieron desaparecer el expediente del SAEDA, que estaba muerto, e hicieron que lo vea un montón de gente que no lo hubiera detectado», explican desde Trabajo.
Ante la falta de resultados, Pettovello activó el jueves una maniobra extrema. Aprovechó el viaje a Centroamérica para una actividad laboral de Liliana Acosta de Archimbald, la número 2 de la Secretaría de Trabajo, para entrar a su oficina y secuestrar su computadora. La intención era buscar rastros en sus comunicaciones. No hay todavía precisiones sobre cómo quedó la situación.
«Estos no deben tener ni idea de quién es el marido para hacer una cosa así«, explicaron conocedores de los pasillos ministeriales.
Es que Liliana Acosta es la esposa de Fernando Archimbal, ex juez y camarista federal (el que precedió a Irurzun) con múltiples terminales en la justicia y en diferentes espacios. De hecho fue uno de los que representó a Mauricio Macrì en la causa por las escuchas ilegales, en la que fue sobreseído.
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