Apoyo por Malvinas, rechazo al accionar de los fondos buitre y la necesidad de generar una nueva arquitectura financiera internacional. Tres puntos en los que la Argentina logró el respaldo de los demás países integrantes de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur). Apoyo definido como un “éxito político” por el vicepresidente Amado Boudou, quien llegó a Perú en representación de la presidenta Cristina Fernández.
Una calurosa ciudad de Lima fue la sede de la sexta Cumbre de Jefes de Estado de la Unasur. Encuentro con ausencias –además de Cristina, no llegaron Dilma Rousseff, Hugo Chávez ni Evo Morales–, pero con la certeza de ratificar el rumbo de unidad, paz y democracia en la región.
Así lo destacó el presidente peruano Ollanta Humala, tanto al inaugurar como al cerrar la cumbre: una unidad, dijo, “que nos sirve para enfrentar enemigos comunes, como la pobreza y la desigualdad”. Esta idea sobrevoló todo el encuentro. Como lo definió Humala “no hay integración sin consolidación democrática y no se puede construir democracia en medio de la pobreza y la desigualdad”.