El gremio viene de abrochar un 42,6% más un bono de 60 mil pesos en el trimestre previo. Para el último del año la UOM pactó un piso del 7% mensual más la diferencia de lo que marque la inflación medida por el INDEC. Es una forma de esquivar la conflictividad laboral.
La Unión Obrera Metalúrgica (UOM), que comanda Abel Furlán, y las cámaras empresariales del sector llegan a octubre y encaran el desafío de gambetear la conflictividad laboral en un momento de alta inestabilidad política y económica.
El gremio viene de abrochar un aumento acumulativo por el trimestre pasado del 20% en julio, 9% en agosto y 9% en septiembre. Esto implicó una mejora del 42,6 %.
A eso le sumó un bono de 60 mil pesos para cada trabajador por el día del metalúrgico que se pagó en dos cuotas de 30 mil pesos con los sueldos de agosto y septiembre.
La manera, novedosa, que encontraron las partes para no estar atados a la situación económica, fue pactar un piso de incremento mensual y activar una especie de cláusula gatillo con el Índice de Precios al Consumidor que mide el INDEC.
Es decir que en el último trimestre de 2023 los metalúrgicos cobrarán un piso de aumento salarial del 7% mensual a cuenta de lo que marque el índice de precios de cada período.
La negociación colectiva de la UOM comprende a un universo de 235.000 trabajadoras y trabajadores registrados distribuidos a lo largo y a la ancho de todo el país.
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