Daniel Passerini, el candidato del oficialismo que conduce Juan Schiaretti, retuvo para el peronismo la segunda ciudad con más votantes del país. Le sacó 7 puntos al radical Rodrigo De Loredo, que recibió en su búnker la visita de Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. “Los hice venir al pedo”, dijo en referencia a la expectativa fallida de proyectar un triunfo a nivel nacional para la oposición. La participación, a la baja, apenas superó el 60 por ciento.
(Desde Córdoba)
La foto de “unidad” de Juntos por el Cambio no fue. O al menos no tuvo el marco esperado. Ni de cerca. En Córdoba, la plana mayor del armado opositor acompañó la derrota del diputado nacional Rodrigo de Loredo (UCR) en la disputa por la intendencia de la ciudad de Córdoba. “Los hice venir al pedo”, lanzó pasadas las 21 el candidato cambiemita, tras reconocer una tendencia irreversible a manos del candidato de Hacemos Unidos por Córdoba, Daniel Passerini.
En una elección muy atomizada, el actual viceintendente se imponía en la noche del domingo por 47,53% contra el 40,56% de Passerini, una ventaja más amplia de la que se manejaba en los sondeos previos.
“El pueblo de Córdoba nos eligió para que este equipo que transformó la ciudad siga adelante”, señaló Passerini flanqueado por uno de los grandes ganadores del bimestre electoral, el gobernador electo Martín Llaryora, quien se puso la campaña al hombro. El sanfrancisqueño, por el contrario, se sacó el gusto de festejar, eufórico y prácticamente en cadena nacional. “En este grito de Córdoba, los pituquitos de Recoleta vinieron a dar clases de gobernabilidad y ahora se van. Los cordobeses defendemos lo nuestro con uñas y dientes. No tenemos que esperar más liderazgos propios”, lanzó para respaldar la candidatura presidencial de Juan Schiaretti, quien viene de una frustrada incorporación, paradójicamente, al armado nacional de Juntos por el Cambio.
A partir del 10 de diciembre, la lista de Hacemos Unidos por Córdoba contará 16 concejales, la mitad más uno del Concejo Deliberante. Será presidido por Javier Pretto, expresidente del PRO en Córdoba, quien completó la fórmula ganadora. El resto de las bancas se dirimía por sistema D’Hont entre Juntos por el Cambio y una tercera fuerza. Al cierre de esa edición, el Frente de Izquierda se acomodaba en el lugar con Laura Vilches.
El ausentismo, protagonista
Más allá del resultado, la otra gran noticia fue el elevado ausentismo de la ciudadanía. De acuerdo a los datos difundidos por la discutida Justicia Electoral, la participación fue del 60.22% del padrón, un triste récord en la historia de la democracia cordobesa. Se trata de una reducción de más de 15 puntos respecto de la última elección municipal y casi 10 en comparación con las provinciales. En total, concurrieron a las urnas 656.065 habitantes, de un total de 1,1 millón de electores habilitados. En tanto, el voto en blanco no fue relevante con el 1,4%.
En la previa ya había surgido una polémica por una solicitada difundida por la Junta Electoral Municipal en la que decía textualmente que “no se pondrán multas por no ir a votar, por no estar reglamentado”. El propio Mauricio Macri –quien otra vez hizo campaña por el candidato perdedor, tal como sucedió con Luis Juez en los comicios para gobernador– se había quejado del instructivo: “Se ven perdidos e intentan desincentivar el voto en Córdoba capital con argumentos tramposos. No escuches, mañana andá a votar tranquilo y en libertad por De Loredo”, había dicho el exPresidente desde sus redes.
La carga de datos tuvo su cuota aparte. Sin el discutido sistema Turing, que demoró la carga en las elecciones provinciales en medio de discusiones y críticas, la Justicia Electoral recién habilitó los datos provisorios pasadas las 21:30, más de 15 minutos después de que De Loredo reconociera la derrota.
“Los hice venir”
“La diferencia está del otro lado. Queremos reconocer un triunfo y saludar al que va a ser el próximo intendente de Córdoba”, indicó De Loredo rodeado por Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Martín Lousteau y Gerardo Morales. Con gesto adusto, la plana mayor de Juntos por el Cambio subió al escenario del búnker para nacionalizar una derrota. El efecto Santa Fe que se buscó en la previa no pudo ser esta vez.
Para Bullrich, quien viajó en reiteradas oportunidades a la capital –definida por el candidato perdedor como “la Jerusalén de Juntos por el Cambio”–, se trató del segundo traspié. Hace poco menos de un mes, la exministra de Seguridad también se quedó con las ganas de festejar en el búnker de Juez. Rodríguez Larreta, por su parte, apenas si hizo acto de aparición. Foto, sonrisa de ocasión y nada más. Unidad con fórceps, sabor amargo y rápida vuelta en avión a CABA. Quedará por saber cuál será la mella en el espacio tras el traspié que manchó la foto de la unidad.
El perdedor de la jornada agradeció a “los dirigentes nacionales de Juntos por el Cambio que vinieron con su prestigio y su trayectoria a validar las propuestas” de la campaña, dijo, para luego dejar la frase de la noche: “Los hice venir al pedo”.
“Venimos a abrazar a Rodrigo De Loredo y a todos los cordobeses pase lo que pase”, había dicho Bullrich, escueta, en la previa. Ambos candidatos presidenciables de Juntos por el Cambio se retiraron de la capital cordobesa sin hacer declaraciones.
Tensión mañanera
Desde bien temprano, pudo palparse un clima difícil en los distintos campamentos. Con inéditas convocatorias a desayunos mañaneros, los apoderados de cada uno de los frentes coincidieron en criticar a la Justicia Electoral Municipal por desalentar el voto. “Fue por un requerimiento periodístico”, se excusó Alejandro Moyano, presidente del órgano, quien esquivó la responsabilidad al señalar que la baja participación “es una tendencia que se está viendo en el país”.
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