Pagaba cuotas por más de 60 mil pesos por un fideicomiso en Capital y más de cuatro mil dólares por expensas trimestrales en Punta del Este. Ambas propiedades están a nombre de su madre. Sus gastos de tarjeta rondaban los 70 mil pesos. La Justicia ordenó medidas.
Por Irina Hauser y
Raúl Kollmann
El día que la fiscal Viviana Fein le preguntó por propiedades familiares en Uruguay, la madre de Alberto Nisman, Sara Garfunkel, dijo que si bien recordaba que había ido a firmar unos papeles a Montevideo, no sabía ni de qué se trataba, ni en carácter de qué figuraba, ni a qué escribanía fue. Hasta agregó algo poco creíble: que ni siquiera recordaba en qué medio de transporte viajó. Todo se hizo –contó la mujer– a pedido y por orden de su hijo el fiscal y ella sólo tuvo que firmar. El análisis de la computadora de Nisman reveló que él monitoreaba importantes inversiones en Uruguay, en Argentina y al parecer en Estados Unidos, puestas a nombre de ella. En Punta del Este, tres terrenos en el complejo Pueblomío, por los que aparecen pagos de expensas de 4249 dólares en un trimestre. En Estados Unidos, de la computadora surgen informes de análisis de inversiones en bonos, acciones y fondos. Hay resúmenes de tarjeta, a los que accedió Página/12, de una cifra sideral, 131.000 pesos en un solo mes; pero el promedio no baja de 70.000. Los datos muestran su participación en un fideicomiso para la construcción de dos departamentos con cochera en Palermo, por el cual hay cuotas de hasta 67.100 pesos. Un cálculo casi elemental hace pensar, teniendo en cuenta sus viajes de placer, en que Nisman gastaba no menos de 300.000 pesos por mes, monto que no concuerda con su declaración jurada. Todo esto es investigado por la Justicia federal en una causa por posible lavado de dinero que involucra a Garfunkel, a la hermana del fiscal, Sandra Nisman, y al informático Diego Lagomarsino, cotitulares de la famosa cuenta en el banco Merrill Lynch de Nueva York.
Por el hallazgo de los datos sobre las propiedades en Uruguay, más el fideicomiso de la calle Dorrego al 1700, los elevados gastos con tarjeta y también las operaciones a través de dos cuentas en el país vecino (una en el Banco Francés y otra en el Itaú), el fiscal Juan Pedro Zoni pidió nuevas medidas de prueba en la causa por posible lavado, que se extiende sobre quienes conformaban el entorno de Nisman. La sospecha principal es que las inversiones se hayan hecho con fondos de origen dudoso ligados al fiscal que dirigía la Unidad AMIA. El juez del caso, Rodolfo Canicoba Corral, está de licencia, y lo reemplaza Marcelo Martínez de Giorgi, quien comenzó a disponer algunas diligencias, como un pedido de informes al Colegio de Escribanos para que envíe datos de los profesionales que hubieran intervenido en escrituras vinculadas con Nisman, su familia o el técnico informático, dueño del arma de la que salió el disparo mortal.
Como informó este diario, la última declaración jurada del fiscal Nisman sólo mencionaba como propia, a medias con su ex esposa Sandra Arroyo Salgado, una casa en un country, pero nada más. No incluía dinero, autos, inversiones ni la cuenta en el banco Merrill Lynch. Según documentación de su computadora, además de ser apoderado de esa cuenta, aparecen informes sobre acciones, bonos, fondos de inversión e incluso participación en operaciones de compra de petróleo y granos. Todo quedaría claro con un informe sobre los movimientos de esa cuenta y las inversiones, pero habrá que ver si el Merrill Lynch se presta a entregar los datos. Por de pronto, son fondos no declarados.
Por su cargo como fiscal, con rango de camarista, Nisman ganaba cerca de 95 mil pesos, y no pagaba ganancias. Zoni aguarda declaraciones juradas de su madre, su hermana y Lagomarsino. Hasta ahora, en el caso de Garfunkel, la información que hay en la investigación es que sus ingresos se basarían en la participación en una farmacia y en algunas inversiones inmobiliarias.
Quien sacó a la luz la cuenta bancaria en Nueva York fue Arroyo Salgado en una declaración testimonial en la causa sobre la muerte de su ex marido. Lo hizo para sugerir un conflicto económico con Lagomarsino, a quien apunta a vincular con un plan criminal. Dijo que le habían avisado la madre y la hermana de Nisman. Al declarar, ninguna de las dos recordaba mucho. Sara dijo que ni sabía que era una cuenta lo que correspondía a los papeles que había firmado en inglés a pedido del hijo. El técnico cibernético hizo una presentación judicial en la que asumía que había aceptado ser cotitular a pedido de Nisman en 2013 y sugería que el dinero de esa cuenta se estaría utilizando para inversiones en inmobiliarias en Miami. Pero, además, daba los primeros indicios sobre las propiedades en Uruguay al informar que había hecho al menos dos transferencias de 2500 dólares para pagar expensas de terrenos ubicados allí. Entre los papeles que analizan los investigadores, hay giros desde el Merrill Lynch Bank of America a cuentas uruguayas.
El complejo Pueblomío, donde hay tres terrenos a nombre de Sara Garfunkel, está en Manantiales, Punta del Este, y publicita en su página web 180 chacras de 4000 mil metros cuadrados, 86 hectáreas y nueve lagunas de 30 hectáreas más. Una nota de la administración del lugar, fechada en octubre de 2014, dice que Garfunkel pagó 4249 dólares en concepto de expensas por el trimestre octubre/diciembre.
n En la computadora de Nisman hay informes y fotografías sobre la evolución de la construcción del edificio de Dorrego 1771 (“ONE77ONE”), de Inversora Libertador, donde dos departamentos y dos cocheras están a nombre de Garfunkel. Es un edificio ultraconfortable con pileta de 20 metros y spa. En el expediente hay detalles de los pagos de cuotas por la participación en el fideicomiso. Por ejemplo: uno del 5 de enero de este año por 67.104, 48 pesos; otro de octubre de 2014 por 64.800; otro de agosto por 59.965 pesos. Para diciembre último hablaba de que la obra estaba en plena aplicación de yeso, marcos de aluminio, revoque en los patios de aire y luz, conductos de ventilación, cableado, desagües, conductos de aire acondicionado, muebles de cocina, hornos y anafes, entre otras cosas. Además de todo esto, hay detalles de pagos de cuotas por la participación en el fideicomiso.
n Los gastos con la tarjeta de crédito de American Express que surgen en la pesquisa son exorbitantes (en la declaración jurada Nisman agregaba una tarjeta Visa). La facturación al 23 de febrero de 2014 era 29.109 pesos; el saldo anterior había sido de 63.842 pesos y 6532 dólares (o sea unos 132 mil pesos); al 27 de abril de 2014, el gasto era de 64 mil pesos más 417 dólares (casi 70 mil pesos). El saldo anterior era 49.739 peso y 809 dólares (cerca de 60 mil pesos). ¿En qué gastaba la plata? Los pagos más altos corresponden a hoteles, agencias de viajes y pasajes en avión, varios de ellos abonados en cuotas. De acuerdo al resumen de la tarjeta, el viaje que hizo Nisman en noviembre último con la modelo Florencia Coccuci no habría sido el único a México del año pasado, ya que también tiene gastos en ese país en marzo del año pasado para donde sacó pasaje en Aeroméxico, pagó el hotel Westin en Puerto Vallarta y paso por el Spa Desertika. El 6 de abril gastó 7491 pesos en el free shop del aeropuerto de Ezeiza. Otro pago fuerte es la escuela de las hijas, por 17 mil pesos. Y hay gastos suculentos en tiendas como Prune, Paruolo, Chocolate y Etiqueta Negra.
Pese a que viajaba con frecuencia, Nisman no hacía uso de su licencia. Decía que no podía tomarse vacaciones “por razones funcionales”. Por eso Arroyo Salgado reclamó el pago de 235 días adeudados de licencia, algo más de un millón de pesos.