El ajedrez callejero, si de vendedores ambulantes hablamos, mezcla un cóctel en el que se revuelve el uso del espacio público. Aparecen en el horizonte el trabajo de estas personas, la pelea con el Gobierno de la Ciudad (y los posteriores allanamientos que tuvieron lugar la semana pasada para dejarlos sin mercadería) y la afiliación de los manteros al Sindicato Único de Trabajadores de Ferias de la República Argentina (SUTFRA) para que sus representados estén dentro de los márgenes de la legalidad.
Como contó InfoGremiales, el 31/10 la Justicia avaló el proceso electoral que permitió a las nuevas autoridades del sindicato de feriantes asumir formalmente en diciembre pasado y continuar un trabajo que venían realizando a la espera de la certificación.
«El trabajo gremial es el trasvase de los manteros a feriantes para poder otorgarles formalidad; ese es el lei motiv de la existencia de este gremio», señaló a este medio Mariana Berbeglia, la secretaria General.
La primera prueba de fuego en la Ciudad la tuvo la semana pasada cuando el Gobierno porteño realizó cinco allanamientos simultáneos en Once y Flores. A pesar de que vendieron el hecho como un «Golpe a los vendedores ambulantes» sólo se secuestraron alimentos que, según denunciaron desde el Ejecutivo, no estaban en condiciones de higiene.
«Fueron a buscar ropa de marca traída de manera ilegal y se encontraron con dos salamines y queso que terminaron secuestrando. ¿Será que no supieron buscar a los verdaderos responsables de ese mercado ilegal o miraron para otro lado», devuelve Berbeglia.

Y agrega: «Despliegan una enorme cantidad de policías en estos procedimientos, y a la par se les escapan los presos de la cárcel: persiguen a trabajadores».
Según detalla Berbeglia comparte con el Ejecutivo porteño el tema de sacar a la gente de la calle, «pero para eso necesitamos un predio donde puedan vender su mercadería; nosotros como gremio somos el puente con el importador para que lo que vendan sea legal; de esta manera ganan todos: tanto los trabajadores como la economía del país ya que el dinero que se genera en esa rueda está enmarcado en un circuito legal».
Detalla: «Desde el SUTFRA buscamos formalizar trabajadores apoyando a los manteros para convertirlos en feriantes; queremos que sean monotributistas y que vendan la mercadería legal; y que si tienen empleados también los registren», señala la dirigente.
En la mira del SUTFRA hay dos lugares: uno es la Biblioteca que el Gobierno de la Ciudad tiene en el barrio de Almagro; y el otro un espacio que fue adjudicado tiempo atrás al movimiento social de Juan Grabois. Recordar que durante la era Cambiemos hubo un operativo policial similar en Once y Grabois terminó en el celular con los manteros a quienes luego representó. Es que la UTEP (Unión de Trabajadores de la Economía Popular) nuclea a los manteros; mientras que el SUTFRA a los feriantes. En ese sentido, Berbeglia desafía: «El Gobierno porteño le otorgó un predio equivocadamente a Grabois porque nosotros lo destinamos a gente que trabaja y está dispuesta a pagar un alquiler lógico por su puesto de trabajo en ese predio».