“Con Argentina andamos con las relaciones un poco obturadas. Veremos si las podemos arreglar”, aseguró el presidente uruguayo, José “Pepe” Mujica, en el marco de una entrevista con el diario chileno El Mercurio.
Mujica aludió de esa manera a la tensión en el vínculo bilateral que se generó luego de que el gobierno que lidera decidiera autorizar a la pastera UPM-Botnia a incrementar su producción aun en contra de las recomendaciones argentinas.
“Tuve que tomar las medidas por los finlandeses. Nos estábamos jugando una fábrica que no es para mi gobierno, será para 2017, pero es importante para Uruguay. Porque este es un país pequeño y una inversión de 3000 o 4000 millones de dólares ¡Es mucha plata! Argentina, claro, estaba en período electoral y le cayó mal”, analizó Mujica. Para completar su razonamiento crítico, el mandatario uruguayo sostuvo que “el gobierno argentino pierde racionalidad por las elecciones”.
“Estamos complicados con Argentina, que es un mercado importante”, señaló Mujica.
Con respecto a las diferencias comerciales con la Argentina, el presidente oriental señaló: “Somos un país pequeño y tenemos que ser rigurosamente abiertos. Pensar en Uruguay como un país autosuficiente es rayar en la locura.”
Y agregó: “Estamos complicados con Argentina, que es un mercado importante.” Sin embargo, agregó que “el turismo es importante” entre ambos países, y aseguró que “a los argentinos les gusta venir a Uruguay”.
Con respecto al resurgimiento del conflicto por las pasteras tras la autorización del aumento de la producción a UPM-Botnia, el ex tupamaro aseguró que tomó la decisión “porque es importante para Uruguay”, y resaltó que tiene “la obligación de pelear por ello para el país”.
De todas formas, Mujica restó trascendencia a las quejas argentinas sobre la contaminación del Río de La Plata: “Ellos tienen papeleras, y las tienen que cambiar porque son de la época del ñaupa. Son de las que dañan el medio ambiente”, argumentó.
En la misma nota, Mujica recordó un episodio que generó una enorme polémica entre las presidentes de ambos países y, al ser consultado sobre si esta última crisis era más difícil que la del micrófono abierto (cuando en la previa de una conferencia de prensa dijo en voz baja, “esta vieja es peor que el tuerto”, en alusión a su colega Cristina Fernández) , el presidente del Uruguay fue contundente: “Esta es más dura.”
También el ministro de Industria, Energía y Minería de Uruguay, Roberto Kreimerman, se refirió a las diferencias entre ambos países por temas comerciales. Aunque negó que Mujica tenga planeado condicionar la venta de energía a las autoridades argentinas a cambio del cese de las trabas, el funcionario uruguayo consideró que el vínculo comercial entre los dos países puede mejorar, pero “nunca al nivel anterior, eso está claro”.