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Cristina Fernández asumió su segundo mandato frente a la Asamblea Legislativa. Hubo alegría, emoción, lágrimas y recuerdos, pero también definiciones políticas contundentes, que dan cuenta del destino inexorable de profundización del proceso político que comenzó en mayo de 2003. Hubo pocas referencias a leyes que debe tratar el Parlamento, aunque no faltó la respuesta indirecta a la nota del diario Clarín que cuestionó el bajo nivel de proyectos sancionados durante su gobierno.
“Miren, así hubiéramos sancionado tres leyes, y hubieran sido la Ley de Medios, la de recuperación de las AFJP y la de Movilidad Jubilatoria, con eso me hubiera bastado”, advirtió, para dar cuenta de que la cantidad no necesariamente es sinónimo de calidad.
Cristina no sólo confirmó que habrá sesiones extraordinarias para aprobar el Presupuesto y la modificación a la ley penal tributaria, sino también la ley de tierras: “En marzo pasado un diputado (Pablo Orsolini-UCR) me la reclamó. Yo cumplí, lo cierto es que no la han tratado”, dijo, y el radical afirmando con su cabeza, se sumó al aplauso reconociendo que así había sucedido.
Los diputados y senadores fueron ocupando sus bancas desde poco después de las diez. Las galerías se colmaron rápidamente y desde allí bajaban los cánticos y vítores que realizaban las diferentes agrupaciones como La Cámpora, Oktubre, JP Evita y la Tupac Amaru de Milagro Sala.
