El colectivo Periodistas Argentinas denunció este martes públicamente al periodista Pedro Brieger por 19 situaciones de acoso sexual, la mayoría de ellas en contexto laboral, académico o ambos, y reclamó por normativas que traten esta temática específica en la Argentina. El acoso sexual laboral está signado por el abuso de poder por lo que tiene aristas específicas que merecen ser revisadas en el marco legal que corresponda.
“No es el objetivo de este informe el escrache. Lo motiva la necesidad de terminar con la cultura del acoso, que este caso nos revela en toda su compleja dimensión”, explicaron las periodistas en el informe “Cultura del acoso: punto y aparte” que leyeron este martes en una conferencia de prensa en el Salón de las Provincias del Senado de la Nación y se puede leer al final de esta nota.
En este sentido, explicaron que la denuncia actual “encarna en una persona, pero también desnuda responsabilidades institucionales de medios públicos y privados, instituciones académicas públicas y privadas y todos y cada uno de los contextos y personas que silenciaron y naturalizaron estas violencias que son imposibles de soportar”.
De la conferencia participaron las periodistas Agustina Kämpfer, Nancy Pazos, Gisela Busaniche, Ana Paoletti, Carolina Balderrama, María Laura Carpineta, Cecilia Guardati, entre otras, además de la diputada por Unión por la Patria, Mónica Macha, y el senador por la Unión Cívica Radical, Martín Lousteau.
El acoso sexual en el contexto laboral está signado por el abuso de poder por lo que tiene aristas específicas que pueden afectar a las personas que lo padecen en cuanto a sus ingresos alimentarios, sus oportunidades laborales, su profesión, su relación laboral con un entorno cómplice o silenciado, incluso puede coartar vocaciones, estudios. Todo esto, sin contar el daño psicológico, físico y emocional que pudiera sufrir la víctima.
En ese sentido, una de las referentes del colectivo, Nancy Pazos, dijo: «proponemos que se legisle, específicamente, este tipo de conductas abusivas ya que no es lo mismo una conducta exhibicionista en la vía pública que la de un profesor o un colega en posición dominante, en estos casos existe una asimetría de poder”.
En Argentina, a partir del 23 de febrero del 2022, rige el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que estuvo permeado por el grito de las mujeres de todo el mundo a partir de #NiUnaMenos y el #MeToo. Este Convenio de la OIT al que nuestro país adhirió en forma vanguardista define a la violencia y el acoso en el mundo del trabajo como un conjunto de comportamientos y prácticas inaceptables (o amenazas de tales comportamientos) que se manifiesten una sola vez o de manera repetida, que tienen por objeto, que causen o sean susceptibles de causar, un daño físico, psicológico, sexual o económico, e incluye la violencia y el acoso por razón de género.
En el 2010, Kämpfer había expresado públicamente en el programa de televisión Un mundo perfecto que Brieger, flamante ganador del premio Martín Fierro, era “un acosador”, pero en su momento el comentario no tuvo repercusión.
El informe recupera el testimonio de 19 personas que relataron haber sufrido acoso de parte de Brieger -alumnas, colegas, periodistas, vecinas- en distintos ámbitos como la universidad, hoteles en los que se alojaban para hacer coberturas periodísticas, radios o el Palacio de San Martín donde funciona Cancillería Argentina.
La mayoría de las historias hablan de un abuso de poder y de autoridad, al ser el docente de las damnificadas o la persona que les consiguió un trabajo, a lo que se sumó “el prestigio que construyen los premios, oportunidades y espacios de visibilidad pública que acumula la conducta abusadora”.