Pocos minutos después de que una investigación periodística revelara que el Gobierno no traspasó gran parte del presupuesto para proyectos de ciencia y tecnología, la titular de ese organismo decidió renunciar, aparentemente por “motivos personales”. El estado de la agencia destinada a la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación y las posibles consecuencias en cuanto al financiamiento externo.
Las altas y bajas del Gobierno de Javier Milei no cesan. Ahora fue el turno de Alicia Caballero, a cargo de la Agencia de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (I+D+I). El oficialismo quiso deslizar que se trató de una salida por motivos personales – como lo hizo con la mayoría de las salidas, desde el inicio de la gestión – pero lo cierto es que la partida de Caballero ocurrió pocas horas después de que una investigación periodística revelara que, pese a los recortes este año, la propia Agencia retenía 53 millones de dólares, producto de préstamos internacionales destinados a la ciencia. Todo esto a muy pocas horas de una nueva marcha universitaria, en rechazo al veto presidencial de la Ley de Financimiento Universitario.
Caballero había asumido la conducción de la agencia en marzo de este año. No era su primer cargo en la función pública, pero sí el primero relativo al desarrollo científico y tecnológico: su anterior paso había sido en el directorio del Banco Nación durante la presidencia de Mauricio Macri. Antes se había desempeñado como decana de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica Argentina.
La Agencia I+D+i administra el Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCyT), el Fondo Tecnológico Argentino (FONTAR) y el Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC) para articular proyectos científico-tecnológicos con impacto social, productivo, cultural, ambiental y de salud, con eje en la innovación. Durante la pandemia el organismo cobró notoriedad por su participación en el financiamiento de iniciativas público-privadas para desarrollar vacunas, tests, barbijos y otros elementos sanitarios.
En agosto la ahora exfuncionaria se había reunido con el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y allí confirmó que en 2024 no habría apoyo estatal a nuevos proyectos científicos, ni tampoco ampliaciones presupuestarias. Lo extraño es que mientras anunciaba eso, la plata para financiar ciencia está: según reveló una investigación de elDiarioAR, existen al menos 53.050.938,64 dólares aportados por organismos internacionales para financiar programas científicos que están paralizados desde diciembre de 2023.
Ese monto, de acuerdo a la investigación, surge de las cuentas bancarias de dos programas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Banco Mundial (BM) al 31 de diciembre de 2023 (US$14.396.855,68 y US$36.251.203,96, respectivamente). A esos números, se sumaron los últimos desembolsos recibidos por esos programas (US$15.900.000). Luego, se restó lo ejecutado durante 2024, US$13.497.121.
“Una situación muy complicada para la ciencia”
“La Agencia es la principal financiadora de proyectos en Argentina y tiene financiamiento internacional“, por lo que tener “pisado un poquito más de 53 millones de dólares. Nos perjudica terriblemente”, expresó Ana Franchi, expresidenta del CONICET, en diálogo con Página/12.
En ese mismo sentido, Franchi consideró que “ésto no involucra solamente a Caballero, sino que viene de más arriba, la decisión de no ejecutar ese tipo de fondo”.
“La situación es muy muy complicada para la ciencia. Tenemos menos becas, los ingresos a la carrera no se sustancian, no tenemos el financiamiento de la Agencia que es fundamental. La verdad que esta realidad desilusiona; y hace que cada vez más jóvenes, por un lado, no elijan la carrera científicas, y por otro, los ya formados, con el esfuerzo y la inversión de todo el pueblo argentino, se estén yendo al exterior o a trabajos que están por debajo de su formación”, destacó.
Asimismo, remarcó que la fuga de cerebros, problemática que volvió a acechar a la población científica de nuestro país -por el desmantelamiento y ajuste de Milei – “es muy preocupante, porque formar un investigador/a lleva muchos años”.
Consultada acerca del financiamiento de la Agencia y el manejo de los préstamos que recibe, Franchi respondió: “Son préstamos internacionales”. “Cuando el BID te presta plata, lo hace para que la gastes para lo que la pediste. No para otra cosa. Si la pediste para financiar proyectos de investigación, debes usarlo para eso. Si no lo haces, no solo tenes que devolver la plata, sino que te multan. Eso seguramente es lo que va a pasar en un futuro“, aseguró.
Y agregó: “Ahora, no se cumplió con lo prometido con ese organismo internacional. No sé si no están los 53 millones o si lo quieren usar para otra cosa. Lo cierto es que nos perjudican terriblemente”.
La salida de Caballero, y sobre todo el descubrimiento de esos más de 53 millones de dólares retenidos, dan cuenta de que la decisión de no financiar a los científicos es política, no financiera o económica.
De momento, el Gobierno no dio ninguna explicación respecto a los fondos retenidos. Solo dejaron trascender que la sucesora de Caballero será Natalia Avendaño, actual subsecretaria de Gestión Administrativa en la Jefatura de Gabinete de Ministros.
Página|12