El juez de la Corte Suprema de Justicia Carlos Fayt, de 97 años, no firmó la acordada en la que se confirmó la reelección de Ricardo Lorenzetti como presidente en el Palacio de Tribunales sino en su domicilio, pero no figuró de ese modo en el acta por “un error de redacción”, según aseguró hoy una fuente del tribunal.
El juez de la Corte Suprema de Justicia Carlos Fayt, de 97 años, no firmó la acordada en la que se confirmó la reelección de Ricardo Lorenzetti como presidente en el Palacio de Tribunales sino en su domicilio, pero no figuró de ese modo en el acta por “un error de redacción”, según aseguró hoy una fuente del tribunal.
La resolución dice “reunidos en la Sala de Acuerdos del Tribunal, los señores Ministros que suscriben la presente”, cuando Fayt no se encontraba allí. “Fayt no firmó, efectivamente, la acordada que reeligió a Lorenzetti en la Sala de Acuerdos de la Corte Suprema sino en su domicilio, a la que se la llevó un secretario de la Corte”, blanqueó la fuente, e indicó que el hecho de que en el texto figurara como presente en el acuerdo fue debido a en un “error de redacción” en la acordada.
Ese supuesto error fue denunciado como un caso de “falsedad ideológica” cometido por el máximo tribunal del país, lo cual derivó en una fuerte crisis interna que terminó en la renuncia de Lorenzetti a asumir el cargo para el que había sido reelecto, según trascendió esta semana.
Sin embargo, la fuente consultada por la agencia Télam señaló que el “error” es una “práctica habitual” del máximo tribunal del país, que ya se utilizó cuando la salud de los ya fallecidos Carmen Argibay y Enrique Petracchi se deterioró.
El 21 de abril pasado, los cuatro jueces que integran en la actualidad el máximo tribunal del país reeligieron a Lorenzetti por tercera vez como presidente de la Corte y a Elena Highton de Nolasco como vice hasta 2019 pese a que aun faltan nueve meses para que expire su actual mandato.
En paralelo, los integrantes de la Corte anularon la designación de conjueces votados por el Senado y argumentaron que no contaban con la mayoría calificada que requiere la designación de jueces del máximo tribunal.