En su estrategia de arrojar medidas y hacer anuncios de impacto para sacar del centro de la escena al escándalo internacional del criptofraude que lo tiene como protagonista, el presidente Javier Milei le pidió al gobernador Axel Kicillof que renuncie a su cargo y lanzó la amenaza de intervenir la provincia de Buenos Aires. Lo hizo aprovechándose del fogoneo mediático de los últimos hechos de inseguridad.

“Si le interesa el bienestar de los bonaerenses córrase del camino (esto es, renuncie) y déjenos intervenir la Provincia. En un año nosotros vamos a terminar con la violencia”, escribió Milei en la red X.

También le manifestó al mandatario bonaerense que “no se puede trabajar con alguien como usted” porque, según Milei, Kicillof “cree que los delincuentes son las víctimas mientras nosotros creemos que los delincuentes son los malos y el que las hace las paga”.

Kicillof: “Para ganar un voto, lucrar con el dolor”

Desde hace días, el gobernador Kicillof viene advirtiendo sobre la utilización política de los crímenes y dejó claro que él no se prestará a ese juego. Ayer se pronunció sobre la utilización del asesinato de la niña Kim Gómez en La Plata: “Hoy es un día triste. Sé que algunos usan esto para ganar un voto, lucrar con el dolor y ver si pueden sacar una ventaja“.

Puso el acento en la responsabilidad judicial del caso, ya que uno de los autores del asesinato había sido detenido y liberado semanas atrás por otro hecho en el que había participado. Es decir, la policía provincial lo apresó pero la Justicia lo dejó libre. “Yo no nombro jueces ni pongo preso a nadie ni hago las leyes. Ya lo habíamos apresado en febrero y lo liberaron”, dijo al respecto.

También afirmó que “se tienen que castigar a los responsables” y negó que la solución pase por la baja en la edad de imputabilidad, una medida que impulsa el Ministerio de Seguridad de la Nación. “La respuesta que tiene que haber es el acompañamiento del Estado”, agregó y calificó de “miserables” a los dirigentes que hacen campaña con ese hecho.

¿Puede Milei intervenir la provincia de Buenos Aires?

Para prueba de ello, en su arrebato de esta mañana a través de las redes sociales Javier Milei expresó que “la Provincia es un baño de sangre” y dice que él tiene la solución: “Nuestra visión sobre cómo afrontar el problema es tan distinta y usted claramente no puede resolverlo”.

Luego prometió: “En un año nosotros vamos a terminar con la violencia. Por lo tanto, nos hacemos cargo nosotros, Gobernador. Fíjese si le interesa más el bienestar de los bonaerenses o sus intereses políticos personales”.

La intervención federal es un atributo que tiene el gobierno federal por manda constitucional. El artículo 6º de la Carta Magna establece que lo puede hacer para:

  1. “Garantizar la forma republicana de gobierno.”
  2. “Repeler invasiones exteriores.”
  3. Si las autoridades son destituidas o si ellas mismas lo solicitan (“Por requisición de sus autoridades constituidas para sostenerlas o restablecerlas si hubiesen sido depuestas por la sedición o por invasión de otra provincia”).

Los requisitos establecidos y el contexto necesario para una intervención de la provincia de Buenos Aires insinuada por Milei parecen no caber en el enunciado constitucional, pero si por algo se caracterizó el Gobierno es por llevar al extremo de la interpretación cualquier legislación hasta dejarla al borde de su institucionalidad y coherencia.

De todas maneras, si el Presidente decidiera intervenir la provincia, su decisión deberá ser ratificada por el Poder Legislativo. Así lo dejan claro el inciso 20 del artículo 99 que habla de los atributos del Presidente, y también el inciso 31 del artículo 75 que refiere a los del Congreso:

El Presidente puede disponer la intervención en caso de receso del Congreso, y a su vez el Congreso tiene el poder de “aprobar o revocar la intervención decretada, durante su receso, por el Poder Ejecutivo”.

Si el Gobierno interviene la provincia, el Presidente deberí designar a un interventor, que por el tiempo que dure la medida tendrá competencias tanto en el ámbito Ejecutivo como en el Legislativo, no así en el Judicial aunque podrá comisionar jueces. La intervención tiene un plazo de seis meses, con posibilidad de renovarse.

Las intervenciones federales en la historia argentina

En la historia argentina, algunos de los disparadores de las intervenciones federales fueron por disidencias de gobernadores opositores a la Casa Rosada, tal es el caso de la intervención de la provincia de Buenos Aires decretada por el presidente Hipólito Yrigoyen en 1917.

También se intervinieron provincias por fraudes electorales, como se hizo antes del inicio de la Década Infame, entre 1920 y 1930, y también por destituciones y desgobiernos. Los más recientes fueron en 1991 en Catamarca tras el asesinato de la joven María Soledad Morales y en 2003 en Santiago del Estero, luego de los denominados Crímenes de la Dársena.

La historia argentina registra más de 50 intervenciones provinciales, sin contar las que se aplicaron durante los gobiernos de facto a través de dictaduras cívico militares y tiranías apoyadas por la derecha conservadora y autoritaria.

Desde el retorno de la democracia, las intervenciones fueron contadas. Raúl Alfonsín no las hizo. Carlos Menem intervino Tucumán y Corrientes luego de las elecciones de 1991; Catamarca tras el caso María Soledad; y Santiago del Estero en 1993.

 

Fernando de la Rúa hizo lo mismo con Corrientes y Néstor Kirchner intervino Santiago del Estero luego del desgobierno tras el Crimen de la Dársena, donde se determinó la participación y encubrimiento de la familia Juárez, que hasta entonces estaba a cargo de la gobernación.