El ex referí adelantó que Vigliano “deberá descansar” y hasta arriesgó que “no volverá a dirigir un River-Boca” tras su decepcionante trabajo en el partido más importante del fútbol argentino, que condujo por primera vez en su carrera.
Scime evaluó con dureza la tarea del árbitro platense, de 39 años, signada por decisiones polémicas durante el partido, en especial, la que derivó en la injusta sanción de un penal para River y la consecuente expulsión del mediocampista de Boca Fernando Gago.
“El árbitro cobró algo que no pasó, no fue penal de Gago y mucho menos para tarjeta roja”, expuso el rector del referato argentino en diálogo con la señal deportivo TyC Sports.
“Estaba bien posicionado -continuó-, puesto de manera perpendicular… El problema fue que, con la lluvia, todo se hace más difícil y eso hizo que vea lo que no pasó. Lo importante ahora no es decirle: ‘te equivocaste’ sino buscar el por qué”.
Vigliano tomó la medida más cuestionada del partido a los 40 minutos del primer tiempo, con el marcador en favor de Boca por 1-0, cuando interpretó mano del mediocampista del seleccionado argentino el despeje de un tiro de Ariel Rojas, a pesar de que la pelota dio en la cabeza y el pie del jugador visitante en el mismo movimiento.
A modo de atenuante, el director nacional de Arbitraje remarcó la ausencia de la asistencia tecnológica para las acciones dudosas, como sucede, por ejemplo, en el rugby. “Si nosotros tuviéramos un replay y el árbitro tendría una oportunidad de ver la jugada, reanudaríamos con un bote a tierra y listo”, simplificó.
Vigliano también se equivocó con la sanción de una posición adelantada en una jugada que terminó en gol de Teófilo Gutiérrez en el primer tiempo y en al no expulsar al defensor local Gabriel Mercado por una violenta falta contra Emiliano Insúa, en el segundo tiempo.
“La de Mercado sin dudas era roja, también se equivocó”, señaló Scime antes de marcar la contradicción por la tarjeta roja que le mostró a Ramiro Funes Mori, en una acción similar frente al mediocampista ‘xeneize’ César Meli.
Scime profundizó las críticas al cuestionar la decisión del juez de jugar el partido después de la intensa lluvia caída durante la jornada, que afectó el campo de juego del estadio Monumental.
“Por protocolo, el partido no se tendría que haber jugado. El campo de juego no estaba en condiciones, la pelota no podía rodar en el piso. Nadie presionó al árbitro para que se jugara, fue él quien decidió hacerlo”, concluyó.
