Guerra fría en la web. La situación de los imputados en la causa que se instruye en el Juzgado Federal de San Isidro a cargo de la Dra. Sandra Arroyo Salgado podría complicarse aun más en las próximas horas. El hacker prófugo, Iván Velázquez podría ser acusado de haber sido contratado por un servicio de inteligencia extranjero, el de Rusia más precisamente, para inmiscuirse en los correos electrónicos de diplomáticos norteamericanos y otras personalidades cuyas comunicaciones privadas se hicieron públicas a través de Wikileaks.
El nexo con Velázquez habría sido un periodista del diario Clarín, que actuaría como informante de los servicios de inteligencia rusos bajo el nombre clave “SATIN”.
Este periodista no seria otro más que Daniel Santoro, quien fuera la mano derecha del CEO de Clarín, Héctor Magnetto, a la hora de realizar investigaciones “periodísticas” destinadas a defender los intereses del grupo o de demoler la imagen de los políticos oficialistas u opositores que se ponían en el medio de los negociados del grupo.
Daniel Santoro
En los próximos días se esperan definiciones sobre el tema, mientras ya se conocen algunas repercusiones. El Departamento de Estado de los Estados Unidos ha prohibido el ingreso a su territorio de Daniel Santoro, el informante ruso, y el FBI se encontraría desarrollando una investigación al respecto. Por el momento, el segundo de Santoro en el área de Investigaciones de Clarin, Gerardo Yung, parecería alejado de esta sospecha a la que los norteamericanos han clasificado como prioridad uno.
