Casi la totalidad de las empresas que desaparecieron en esos meses, el 99,5% del total, son pymes, de hasta 500 empleadores. Solamente cerraron 45 grandes empresas, de más de 500 empleados. Aun así, en términos relativos esto implica que las grandes empresas fueron más perjudicadas, ya que cerró el 2,49% del total, versus el 1,94% del total de las empresas pequeñas y medianas.
Por ese motivo, cuando se analiza la caída del empleo registrado por tamaño de empresa se observa que durante los primeros meses de la gestión de Milei la expulsión de trabajadores se concentró en las empresas de mayor porte: 70% de la pérdida de empleo (186.357 trabajadores registrados) se focalizó en empresas de más de 500 trabajadores.
Al contrario, en los seis meses que van entre noviembre de 2023 y mayo de 2024, la reducción de personal por parte de las empresas con menos de 500 trabajadores/as fue sensiblemente menor: disminuyeron sus puestos de trabajo en 78.951 casos, explicando el 30% el total.
Vale aclarar que esta cifra de 265.000 empleos perdidos involucra solamente a puestos de trabajo formales. Más allá de eso, el Indec mostró, en junio pasado, que en el primer trimestre se perdieron unos 300.000 empleos en total (contabilizando también informales), lo que implicó una suba de la desocupación del 5,7 al 7,7%.
Esta cifra es incluso mayor si se proyecta a la población económicamente activa (PEA) total, alcanzando en ese caso a unas 437.000 personas que fueron despedidas, entre formales e informales, en el período, estimaron analistas del CIFRA de la CTA de los Trabajadores.
En tanto, otras estimaciones privadas arrojaban estimaciones más moderadas para el resto del año. Un estudio del Observatorio de Industriales Pymes Argentinos (IPA), de inicios de agosto, advirtió que a fin de año, de no corregirse el rumbo, la cantidad de puestos de trabajo formales en el sector privado destruidos durante todo 2024 alcanzaría a las 180.300 personas y a unas 10.000 empresas.
FUENTE EL DESTAPE