SOLIDARIDAD A LA MÁXIMA EXPRESIÓN Los puentes se unieron y dos entidades de bien público tienen agua y cloacas. Fuente: La Nueva

6/7/2020 | 07:00 |  LOCAL//SOCIAL//

La ONG Creando Puentes articuló con ABSA y el gremio Obras Sanitarias para que el Centro de Jubilados y Pensionados de Loma Paraguaya y la Junta Vecinal del barrio Saladero puedan contar con estos servicios.

Fotos: Pablo Presti y Emmanuel Briane-La Nueva.                            Fuente: La Nueva

Por Pablo Andrés Alvarez / palvarez@lanueva.com

Merced a la unión de buenas voluntades, dos entidades de bien público de nuestra ciudad de muy bajos recursos pudieron concretar obras de vital importancia.

Se trata de las sedes del Centro de Jubilados y Pensionados de Loma Paraguaya y de la Junta Vecinal del barrio Saladero, que –con la ayuda de la ONG Creando Puentes, ABSA y el gremio Obras Sanitarias– lograron la conexión a la red de agua potable y cloacas.

Hasta la semana pasada, ambas entidades, que brindan ayuda solidaria a casi 300 personas en total en dos sectores carenciados de Bahía Blanca, carecían de esos servicios básicos.

En Centro de Jubilados y Pensionados de Loma Paraguaya funciona en Coronel Vidal 754 desde 1996, pero por varios años estuvo prácticamente en estado de abandono, hasta que un grupo de vecinos decidieron conformar una comisión y empezar a trabajar.

“Es una obra que anhelábamos mucho. Tener nuestro propio medidor de agua y dejar de usar el pozo, era un sueño. Hoy vemos su concreción y ésto debe ser un impulso para ir por más”, señaló Viviana Alvarez, actual secretaria.

No tener la personería jurídica fue un obstáculo muy grande. Así fue que esta comisión, que lleva tres años de mandato, decidió enfocarse en dos temas: la ayuda solidaria y poner lo administrativo en orden.

“En ese tren de trabajo nos cruzamos con los miembros de la ONG Creando Puentes y ellos nos dieron una mano enorme para gestionar esta obra y a su vez nos asesoran con el papelerío”, añadió Alvarez.

El Centro reparte todos los martes una vianda solidaria y también se encarga del reparto de los bolsones de mercadería del municipio para los más necesitados.

“Antes de la pandemia dábamos una merienda a grandes y chicos, para lo cual debíamos pedir agua a los vecinos. Tampoco tenemos gas, por lo que nos calefaccionamos con una salamandra”, agregó.

Siguiendo los trabajos de la colocación del medidor se encontraba Sergio Reyes, uno de los fundadores del Centro.

“Hace más de 30 años que me acerqué al Centro. Y ésta es una obra que esperábamos desde el primer día. No tener agua ni cloacas nos condicionó muchísimo para la concreción de actividades”.

Y agregó: “Siempre fuimos un Centro escaso de recursos. Incluso, el Centro estuvo a punto de cerrar, porque teníamos sólo 4 miembros en comisión, pero por suerte se sumó gente más joven del barrio con muchas ganas de trabajar y repuntamos. Esta obra va a generar más movimiento. Se pueden hacer muchas cosas por las personas mayores del barrio, pero el hecho de no tener agua ni gas complica todo. Aún así, la actual comisión se las ha ingeniado para dar meriendas solidarias”.

Aún falta el gas y terminar los pisos, que actualmente son de cemento.

“También la cocina y los baños necesitan refacciones, pero cuando se ve este tipo de avances, como será el agua y las cloacas, dan un envión para seguir adelante”, señaló Viviana Alvarez.

La Junta Vecinal del barrio Saladero funciona en Juana Azurduy 3744 desde hace poco más de un año.

“Hace un mes nos conectaron la luz y desde esta semana tenemos agua y cloacas, que son servicios indispensables para poder desarrollar las ayudas sociales que hacemos. Nos falta el gas”, resumió Katty Aponte, presidenta de la agrupación que tramita su personería jurídica.

Hacen ollas populares los viernes y sábados, pero dependían de la buena voluntad de una vecina, que les suministraba agua con una manguera desde la vereda de enfrente.

“Era muy engorroso trabajar así, porque no podíamos lavar bien los alimentos. Es un avance enorme”.

Asisten a alrededor de 150 familias de ese barrio, aunque últimamente también se acercan del Bulevar de Ingeniero White.

“Las necesidades son muchas. Hay muchas familias sin ingresos y dependen de las ayudas que les podemos dar. Para cocinar nos arreglamos con garrafas donadas. Un vecino nos dona una por semana. Y cuando no alcanza, hacemos fuego con maderas que vamos recolectando”, señaló Katty.

Los representantes de ambas entidades remarcan que el acercamiento de la ONG Creando Puentes fue clave, al facilitar las gestiones con ABSA.

“Nos acercamos hace un tiempo a varios Centros de jubilados para conocer sus necesidades. Al principio nos inclinamos hacia la ayuda alimentaria, en conjunto con el Banco de Alimentos, pero nos dimos cuenta que los problemas iban más allá de eso. Entonces intentamos, con los contactos que teníamos, ayudar en la resolución de otros inconvenientes”, comentó María Candela Ocampo, miembro de la ONG.

“Nuestro aporte principal en estas dos obras fue unir buenas voluntades”, agregó Gonzalo Rojas, otro integrante de Creando Puentes, quien señaló que impulsarán una obra similar en un comedor comunitario de Spurr en los próximos días.

“También intentamos asesorar en lo administrativo. En esta cruzada de dar una mano a los que más necesitan nos encontramos con que la gran mayoría no tiene la personería jurídica, que es el DNI para poder funcionar. Y esa carencia les impide poder gestionar muchas cosas y les impide recibir subsidios para crecer en infraestructura”, cerró Rojas.

La ONG también le aprovisionó a otros cinco comedores de gas envasado para todo este mes. Además de la Junta Vecinal y del Centro de Loma Paraguaya, también cuentan con ese aporte el Grupo Solidario “Familia Feliz” (ubicado en Brickman 3122), Sueños de Esperanza (Santa Maia 250), Liberarte (Nicolás Levalle 657), Juntos Podemos Lograrlo (Segunda Interna 4290) y Manos Unidas (Darregueira 3545).