La convocatoria a la primera huelga general contra el kirchnerismo.
A juzgar por el nivel de adhesión que en las diferentes organizaciones gremiales tuvo el llamado a un paro nacional y movilización convocado por el gremio de Camioneros para el próximo miércoles –el primero de la era posconvertibilidad– la jornada de ayer dejó una impresión amarga en las filas del moyanismo. Más allá de una docena de gremios de relativo peso que todavía permanecen incondicionalmente a su lado, la convocatoria a una huelga generalizada no tuvo el nivel de aceptación esperado por el líder camionero.
La oposición al paro y la movilización tiene lugar aun cuando la totalidad de los dirigentes –desde el moyanismo hasta a sus más acérrimos detractores– comparten el criterio de discutir un nuevo piso para el pago de Ganancias. “Nosotros no vamos a tomar parte ni en la huelga ni en la movilización a Plaza de Mayo, aunque compartimos el reclamo por el mínimo no imponible de Ganancias”, explicó a Tiempo Argentino Mario Calegari, vocero de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), una de las entidades que se alejó de la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT), hoy sumamente debilitada.