Noah Bryson Mamet lleva cinco meses en la Argentina como embajador de los Estados Unidos. El viernes pasado encabezó por primera vez la celebración anual del 4 de julio, Día de la Independencia de su país. El besamanos anual es la cita más importante de la agenda de la representación diplomática y, posiblemente, la instancia de máxima exposición pública del jefe diplomático y de los vínculos que mantiene con políticos, jueces, fiscales, empresarios, artistas, lobbistas, otros diplomáticos, académicos y banqueros. El elenco de invitados llegó a las 1200 personas y fue, según dijo Mamet en su discurso, “el evento más grande en la historia del Palacio Bosch”, la residencia palermitana que alojó a Franklin Roosevelt en 1932, cuando visitó la Argentina, informó Tiempo Argentino.
La multitud que copó los salones y el patio, transformado para la ocasión en un salón de baile al estilo hollywoodense, fue una postal de la estrategia de relanzamiento del vínculo bilateral que Mamet tiene a su cargo, luego de su postergada designación por el Senado de su país, que demoró un año y medio para acordar su elección y permitir su aterrizaje en Buenos Aires como el enviado de Barack Obama.
El invitado
Aquel día, desde las 19, la esquina de Libertador y Kenedy estaba marcada por un reflector de cine que iluminaba el cielo nublado desde el patio de la embajada. Los alrededores del palacete estaban virtualmente blindados y las calles aledañas plagadas de autos con custodia y guardaespaldas de todos los pelajes. Febriles brigadas con perros antiexplosivoshusmeaban todo el barrio.
El epicentro de la fiesta arrancó cerca de las 20, cuando el salón principal ya estaba colmado. El embajador, nacido en Los Angeles, California, dio su discurso poco después. Demoró menos de dos minutos en dar cuenta de un invitado especial que pocos conocedores habían advertido entre el público. “Quisiera tomar un momento para destacar la presencia del senador estadounidense Roy Blunt, su esposa Abigail y su familia. El senador Blunt estuvo recorriendo la Argentina por unos días y es un honor contar con su presencia esta noche”, pronunció Mamet en referencia al senador republicano por Missouri, y considerado el “hombre” dentro del Capitolio que reporta al ex candidato Mitt Romney, derrotado contrincante de Obama.
Blunt, además de ser un ferviente interesado en los agronegocios y el mundo petrolero, es uno de los senadores republicanos que más aportes ha recibido para su campaña electoral provenientes de Paul Singer, dueño de Elliott Management, el fondo buitre que mantiene un intrincado litigio con la Argentina ante el juez neoyorquino Thomas Griesa.
Por ese caso, aún irresuelto, el gobierno argentino mantuvo un duro entredicho con Kevin Sullivan el año pasado. El diplomático de carrera es actualmente el segundo de Mame y hasta el arribo del nuevo embajador estuvo a cargo de la sede diplomática. Durante todo 2014, y especialmente en septiembre, mantuvo una alta exposición pública por el conflicto con los fondos buitre, pero cosechó una dura llamada de atención de la Casa Rosadacuando opinó, en diálogo con Clarín, que era “importante” que Argentina “salga del default”.
Esas expresiones oficiales derivaron en duros cruces públicos y privados con el canciller Héctor Timerman. El enroque que hizo el Departamento de Estado con el envío de Mamet busca dar una vuelta de página de aquellos entredichos. Tanto que el paso de Blunt por Buenos Aires pasó casi inadvertido, salvo por quienes notaron su presencia y la confirmaron cuando Mamet lo saludó con “honor”, pero con cuidadosa distancia: los republicanos fueron los principales responsables en demorar algunas designaciones propuestas por los demócratas, como su nombramiento.
De acuerdo a una investigación del Center for Responsive Politics (opensecrets.org), que publicó Ámbito Financiero, Singer es el segundo aportante de los fondos de campaña de Blunt, acusado de ser un activo protagonista del lobby dentro del Senado a favor de los buitre y también de la multinacional de agronegocios Monsanto. El besamanos de este 4 de julio, realizado el viernes 3, también tuvo a Blunt entre los special guests, que varios poderosos empresarios se encargaron de saludar afectuosamente. Ante las consultas de Tiempo, fuentes de la embajada indicaron que la “presencia” de Blunt en la Argentina es “a título personal”.
Entre el fin de ciclo y la elección porteña
“La clave no sólo es la cantidad, sino la calidad”, bromeó un ex diplomático argentino en Washington cuando advirtió la inusual presencia de Paolo Rocca, jefe y dueño del Grupo Techint, y de Alejandro Bulgheroni, del grupo Bridas: un activo jugador en el yacimiento neuquino de Vaca Muerta, donde Chevron, la petrolera de bandera estrellada, mantiene operaciones.
Entre los empresarios invitados también se pudo advertir el paso de Cristiano Ratazzi, de Fiat Argentina; y Marcelo Figueiras, socio del ex periodista Jorge Lanata en la creación del extinto diario Crítica de la Argentina. Figueiras, un influyente businessman, buscó cauterizar el desprestigio que le provocó el cierre del “último diario de papel” y ahora se prepara para volver a los medios.
Entre copas y saladitos, Figueras se cruzó con competidores, como Daniel Haddad, dueño de Infobae, y Ricardo Kirschbaum, director de Clarín, que luchaba para que el sueño no lo venciera durante el discurso de Mamet.
Detrás de quienes rodeaban al embajador, el empresario y ex ministro del Interior de Carlos Menem, José Luis Manzano, se ponía en puntas de pie para poder ver el atril del orador, mientras otro mendocino cruzaba los brazos lejos de él. Era el ex gobernador José Bordón.
Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa, tres de los principales aspirantes a la Presidencia, no estuvieron. Pero las delegaciones de los dos primeros fueron muy nutridas. Por el sciolismo estuvieron desde el economista Miguel Bein y el recaudador Santiago Montoya, hasta el ex jefe porteño Jorge Telerman, y José “Pepe” Scioli, titular de la Fundación DAR, uno de los invitados más saludados.
El ministro porteño de Educación, Esteban Bullrich, fue el rostro más visible de la delegación PRO. Estuvo acompañado por el secretario de Transporte, Guillermo Dietrich. Fueron representantes directos del candidato a alcalde, Horacio Rodríguez Larreta, que tampoco fue.
Cerca de ellos, el ex embajador de Carlos Menem en Washington, Diego Guelar, se quejaba de la ausencia de representantes de la Rosada, mientras el joven PRO Peter Robledo se fotografiaba entre Mickey y Minnie.