Una millonaria francesa se adueñó de un curso de agua en Corrientes

Hace 25 años desembarcó en los Esteros del Iberá. En 2010, construyó una represa para regar 1000 hectáreas de arroz, pero nunca presentó el estudio de impacto ambiental. La complicidad del gobierno y el antecedente de Ayuí.

A Gilberte Yvonne Andrée Lovisi de Beaux todos la conocen como Madame Beaux. Tiene 81 años y es una de las empresarias más reconocidas del establishment francés, aunque desde hace un tiempo optó por llevar una vida de bajo perfil. Hoy, pasa los días entre su casa en París, su departamento en el barrio porteño de Recoleta y su finca cerca de los Esteros del Iberá, en la provincia de Corrientes, donde desembarcó hace 25 años y hace siete meses hizo construir una represa que le permite adueñarse de un curso de agua para regar sus 1000 hectáreas de arroz, en una maniobra que las entidades ambientalistas de la zona denuncian como ilegal. ¿Y cuál fue el costo que tuvo que pagar Madame Beaux para concretar su emprendimiento?: apenas $ 5649. Según se lee en la Resolución Nº 724 del Instituto Correntino del Agua y del Ambiente (ICAA), a la que Tiempo Argentino accedió en forma exclusiva, la empresaria abonó esta cifra en concepto de “uso de las aguas públicas captadas mediante extracción por bombeo, en la Cuenca del Estero Batel para riego de una superficie de 1000 hectáreas concesionadas para el cultivo de arroz”. Es decir, que pagó menos de seis pesos por cada hectárea sembrada con arroz. A esto se suma que nunca presentó el estudio de impacto ambiental, el plan para el control y la verificación de obras, ni tampoco convocó a una audiencia pública, como lo establece la ley. Así y todo, la represa debutó con una exitosa siembra y posterior cosecha en los arrozales.
El documento, fechado el 3 de noviembre de 2009 y firmado por el titular del ICAA,  Mario Rujana, demuestra que el gobierno que entonces encabezaba Arturo Colombi ya preveía que el proyecto podía ocasionar daños a terceros. Por eso, en el artículo 5º de la Resolución 724/09, tomó sus recaudos: “El Estado correntino no será responsable por la falta o disminución del caudal de agua”, se lee en el texto.
Nueve meses después, el 10 de agosto del año pasado, cuando el gobierno local ya había pasado a manos de Ricardo Colombi –primo del anterior mandatario–, el ICAA le avisó a la empresa Rincón de Corrientes SA, propiedad de Madame Beaux, que la Comisión de Ecología del Senado provincial había realizado un pedido de informe sobre la arrocera por presuntas irregularidades en la construcción de la represa. Así lo hizo saber Rujana en una carta que le envió al ingeniero Raúl Fontán, el consultor encargado de llevar adelante los asuntos en materia ambiental en la empresa cuestionada.
El pedido de informe lo había solicitado una ONG local después de comprobar, en un relevamiento de rutina sobre la cuenca del Iberá, que la arrocera funcionaba al margen de la ley. De todas maneras, para el ICAA esta firma no necesitaría presentar autorización de desmonte y declaración de impacto ambiental, ni llamar a audiencia pública, porque la concesión le fue otorgada diez años atrás.
“El argumento del gobierno es falaz porque actualmente esa autorización está caduca por discontinuidad de uso. Además, dicen que la arrocera está fuera de los Esteros del Iberá, como si sólo en la reserva fuera necesario el cumplimiento de las leyes”, sostuvo Emilio Spataro, coordinador de la fundación Salvemos al Iberá.
La compañía Rincón de Corrientes, la sociedad anónima que administra los negocios de la multimillonaria francesa en la zona, ya tiene antecedentes en obtener beneficios del Estado provincial: en 1999 el gobierno correntino le entregó la concesión de aguas a perpetuidad para la irrigación de 300 hectáreas, cuando la ley sólo admite esta figura luego de 30 años de monitoreo de los aforos de la cuenca. Es decir, la provincia “regaló” un recurso estratégico a un particular extranjero sin ningún resguardo por el resto de los propietarios de la cuenca ni de cuidado ambiental.
Hoy, Rincón de Corrientes muestra aquel permiso para sostener que las 1000 hectáreas cuestionadas en realidad tienen que ver con una ampliación de aquella vieja concesión. Pero Spataro, de Salvemos al Iberá, lo desmintió. “Las concesiones se encuentran en subcuencas diferentes y nunca podrían ser tratadas como ampliación porque toman agua de lugares totalmente distintos”, explicó el ecologista sobre el nuevo emprendimiento arrocero de la millonaria francesa.
En el mismo sentido se pronunció el doctor en biología Juan José Neiff, director del Centro de Ecología Aplicada del Litoral, entidad que depende del CONICET. Neiff es uno de los especialistas argentinos que más conocen el macro ecosistema Iberá. En diálogo con Tiempo, manifestó que “en los últimos años vemos que se atropella reiteradamente las normativas vigentes y los particulares avanzan contra la ley de una manera insólita ante la permisividad del Estado, ya sea por acción u omisión”.
Para Neiff se debe tener en cuenta que cuando se construye una represa para riego “se está desvistiendo a un santo para vestir a otro”. De esta forma se refirió al volumen de agua que se está sustrayendo y cuyos efectos se van a sentir corriente abajo, afectando al ecosistema en su conjunto. En ese sentido, el especialista sostuvo: “El impacto de estas obras no se ve mientras hay suficiente agua en la reserva, pero en períodos de sequía extraordinaria, como las que se vivieron hasta fines de 2009, se secan las lagunas y los esteros, y entonces el agua que se utilizó para el arroz es la que no pasó para estos ambientes.”
Madame Beaux proviene de una familia de la nobleza parisina e hizo su fortuna en el sector financiero y petrolero, escalando posiciones hasta llegar a presidir el Movimiento de Empresas Francesas (MEDEF), entidad que agrupa a más de un millón de firmas privadas. En su país natal, fue distinguida como Comandante de la Legión de Honor y de la Orden Nacional de Mérito, y en 1987 la eligieron “empresaria del año”. La cúspide de su carrera llegó cuando se transformó en la mujer de estrecha confianza del multimillonario francés Jimmy Goldsmith, antiguo dueño del diario L’express. También fue socia del polémico magnate Bernard Tapie –que en 1992 llevó a la quiebra a la marca deportiva Adidas– e, incluso, experimentó en la arena política junto al candidato centroderechista Raymond Barre, al que asesoró en las elecciones presidenciales francesas de 1988.
Sus múltiples negocios hicieron que Beaux viviera en varios lugares del mundo: Canadá, Japón, Alemania, Bahamas y Guatemala, entre otros países. A fines de los ’80, llegó a la Argentina y nunca más se fue. Al igual que sucedió con Joe Lewis, el inglés que adquirió miles de hectáreas en la provincia de Río Negro y está denunciado por adueñarse de un lago entero cerca de El Bolsón, Madame Beaux desembarcó en suelo argentino tentada por las riquezas naturales del país.
En Corrientes, compró la estancia Rincón de Luna, donde se encuentra la represa cuestionada. La propiedad cuenta con 33.700 hectáreas y está ubicada sobre un islote entre los Esteros del Batel y del Batelito, que conforman el macrosistema de los Esteros del Iberá. Se trata de la estancia jesuítica más antigua del norte argentino, que bordea la Ruta 22 y prohíbe el acceso al histórico camino real que unía al Litoral con el Alto Perú en la época de la conquista española.
Según ambientalistas del lugar, la zona donde están enclavados estos campos es estratégica: allí hay humedales, pastizales, palmares y bosques en isletas. Por otra parte, los ecologistas agregaron que, para comenzar a producir arroz la compañía sacrificó gran parte del bosque nativo existente. Y esto, sin haber obtenido ninguna autorización de desmonte, a pesar de que se trataba de una “zona amarilla” –es decir, un área de preservación– según el ordenamiento territorial de bosques de la provincia de Corrientes.
Salvemos al Iberá viene luchando en contra de la instalación de arroceras ilegales en toda la región y fue también una de las ONG que más se enfrentó con los gobiernos de Arturo y Ricardo Colombi por la construcción de la represa Ayuí Grande, que el vicepresidente del Grupo Clarín, José Antonio Aranda, y el magnate húngaro George Soros pretendían instalar en la localidad correntina de Mercedes y que hoy está frenada por un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (ver recuadro).
Otra de las voces que se levantaron en contra del emprendimiento agrícola es la del cura de la zona, Rubén Barrios, quien consideró que “es lo mismo que el caso de Ayuí, es el aprovechamiento de un bien público y vital, como es el agua, sin ningún tipo de control, algo que va a perjudicar a terceros y al medioambiente. Con el agravante de que esto ya está más avanzado, la represa está construida y el perjuicio ya se puede ver.” El párroco, que da misa a unos kilómetros de la estancia de Madame Beaux, relató que “el riacho del Batel era una corriente de agua hermosa y hasta te inspiraba para escribir poesía y hoy es agua estancada producto del terraplén y la represa que construyó esta mujer sin ningún tipo de cumplimiento de la normativa vigente”. Barrios también agregó que “el tema es muy preocupante porque se trata de un derecho humano, es algo que nos asiste a todos los ciudadanos y hace a nuestra calidad de vida”.
En ese sentido, el biólogo Neiff agregó que “el problema es el mal ejemplo que se está dando en varias causas todavía irresueltas en la provincia, como el Ayuí o el terraplén de Yahaveré (ver recuadro). Y así, los ciudadanos creen que cualquiera puede vulnerar la ley y eso forma un proceso de deterioro progresivo y de expansión de estas obras.”
Para el experto, habitualmente las empresas conocen bien la normativa ambiental, pero entienden que los estudios exigidos pueden frenar sus proyectos comerciales, y entonces buscan estrategias con las cuales vulnerar las disposiciones vigentes.
“Desde el gobierno correntino se insiste en la antinomia entre ambientalistas y el sector de la producción. Y yo estoy de acuerdo con que la producción es progreso, pero siempre y cuando se haga respetando la sostenibilidad ecológica que tiene que tener una región como el Iberá, que es única en Sudamérica”, concluyó Neiff.
Mientras tanto, lejos de estos problemas, Beaux hoy combina el manejo a distancia de sus negocios con los viajes de placer y la participación en conferencias y foros sobre el papel de las mujeres emprendedoras.
En París tiene un lujoso piso en el número 14 de la exclusiva Rue Saint Giullaume. En Buenos Aires, vive en un departamento de la calle Montevideo al 1400, con vista al pintoresco parque Vicente López, en pleno barrio de Recoleta. Y, en la provincia de Corrientes, administra su estancia a la vera de los Esteros del Iberá, donde produce toneladas de arroz de manera irregular, utilizando el agua de una laguna pública y gracias a una represa envuelta en irregularidades.