En una audiencia de 30 minutos, Francisco recibió por primera vez a Rivlin desde que el mandatario fuera elegido en junio del año pasado.
Tras el encuentro, el presidente israelí regaló al Santo Padre una estela de Basalto en la que aparece “por primera vez” una mención a David fuera de la Biblia.
“Pensé que era justo que usted tuviera este elemento para recordar el origen común entre el cristianismo y el judaísmo”, le dijo Rivlin.
A su vez, el Papa le regaló un medallón con un olivo en medio de una rosa y la inscripción: “Busca lo que une, supera lo que divide”.
Según allegados a Francisco, “es probable” que de ahora en más el Santo Padre regale ese medallón “en las audiencias en las que esté presente el tema de la paz”.
“Ante cualquier división, el verdadero desafío es la unión”, dijo el pontífice argentino tras regalarle el medallón, y antes de entregarle la encíclica Laudato Sí’ y la exhortación evangélica Evangelli Gaudium, en la que, según resaltó Francisco, “aparece el diálogo con los hebreos”.
“Rece por mí”, saludó Francisco a Rivlin y su esposa, que se despidieron augurándole “nos vemos pronto en Israel”.
Tras el encuentro con Francisco, Rivlin y la delegación de 15 personas que lo acompañaba mantuvieron un encuentro con el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.